viernes, 21 de noviembre de 2014

Láser y gatos, un juego peligroso

Es muy triste ver que en la mayoría de los catálogos de juguetes y complementos para gatos, no falta los punteros láser como juguete super divertido, pero nada más lejos de la realidad, por desgracia.



Me gustaría ver a la persona que diseña este tipo de "juguetes" para gatos y preguntarle ¿en que estás pensando?¿Te has parado a pensar las consecuencias que puede tener en los gatos estos productos?¿Conoces al gato realmente?

El gato es cazador y debemos ofrecerle juegos de cazar, para enriquecer su día a día, que se divierta cazando, acechando y "matando" a sus presas, pero es muy importante que se juegue a cazar algo que SI PUEDA CAZAR, es decir, que la secuencia de caza sería: acechar + perseguir + cazar + "matar"  Eso sí, MANOS NO! nunca se debe jugar a cazar las manos, a no ser que quieras ver a tu gato deseando que le acaricies para cazarte la mano y llenarla de arañazos y mordiscos.


Volvamos al láser...con el láser solo acecha y persigue la luz, pero JAMÁS JAMÁS JAMÁS puede cazarlo y "matarlo" algo fundamental para ellos, para que realmente el juego sea divertido ;) 

¿Qué crees que causa en tu gato cuando intenta cazar continuamente algo que se mueve y que nunca, nunca, nunca consigue atrapar por mucho que se esfuerce? si, FRUSTRACIÓN, IRRITABILIDAD Y ANSIEDAD...y todo esto sale por algún lado...que vete tu a saber. Utilizar el láser una sola vez, puede crear un gato obsesionado con atrapar luces y sombras, ya no sólo el láser, tu sombra, reflejos de la casa o cualquier otra cosa similar.

Por favor, ofrece a tu gato juguetes que sí pueda cazar, agarrar, morder para que sean juegos divertidos para ti y sobretodo para el 

Foto extraída de www.fondospantallasgratis.com

miércoles, 12 de noviembre de 2014

¿Cortar o no cortar? esa es la cuestión...

¿Sabes cuál es el órgano sensorial más grande de tu perro? ¿La nariz? ¿los ojos? ¿las orejas?
Pues no, el órgano sensorial más grande de tu perro es su manto.

Lo voy a decir de otra manera: el manto de tu perro no es un abrigo, ni un complemento de belleza, ni un molesto productor de residuos, es un órgano, con sus funciones, que además tiene capacidad sensorial, es decir, le permite “sentir” (percibir sensaciones, comunicarse, protegerse, etc).

Es importante tener esto en cuenta a la hora de enfocar un arreglo de peluquería para un perro. El tipo de trabajo y corte que se haga debería tener como objetivo primordial el bienestar del animal y una óptima conservación de su manto por encima de cualquier otra consideración.

En ese sentido con frecuencia rechazamos solicitudes de rapado de perros tanto de “doble capa” como de “pelo corto” ofreciendo a cambio la alternativa de un tratamiento adecuado a ese tipo de manto.

Otras veces recibimos perros con el manto tan deteriorado que tenemos prácticamente que suplicar al propietario que le dé una oportunidad a su perro de recuperar su pelo, proceso que puede tardar hasta dos años y que, desgraciadamente, a veces ni siquiera sucede.

EL MANTO DE TU PERRO
Hay una enorme variedad de tipos de manto, desde el cabello largo y sedoso de un Yorkshire Terrier hasta el pelo corto y duro de un bulldog (y aun así hay yorkies de pelo hirsuto y bulldogs sedosos) pero en general todos los perros tienen dos tipos de pelo: el pelo principal y el subpelo, aunque en unas razas este último sea casi inapreciable.

El pelo principal está diseñado para proteger la piel de agentes externos como el sol, el frío, el agua, la suciedad, las agresiones etc.  El subpelo se mantiene bajo el principal y tiene la función de regular la temperatura corporal atrapando el calor en épocas de frío y aislando del calor en las temporadas estivas.

Funcionan también como un sistema de percepción, por eso junto con la piel forman un órgano sensorial que permite captar información del exterior y emitir a su vez información sobre el animal, su estado de ánimo, ciclo hormonal, etc.

EL CRECIMIENTO DEL PELO DE TU PERRO
El pelo tiene un ciclo de crecimiento que pasa por las siguientes fases: anágena o de crecimiento, catágena o de transición y telógena o de reposo.

Los ciclos del pelo y del subpelo NO SON IGUALES, es decir, el subpelo pasa por el ciclo completo al menos 2 veces al año (mudas) mientras que el pelo principal tiene un ciclo mucho más largo.

Además hay perros cuyo manto tiene un patrón de crecimiento predominantemente anágeno en el cual la mayor parte de su pelo, de longitud variable, se encuentra en permanente estado de crecimiento y la muda ocurre de manera homogénea y repartida por todo el pelaje. Son perros que “no mudan”. Caniches y Shitzus estarían en este grupo, por poner un ejemplo. 

Otros perros, sin embargo, tienen un patrón de crecimiento predominantemente telógeno, esto es: la mayor parte del pelo se encuentra en fase de reposo y esta puede durar años.

Las fases de crecimiento y transición ocurren en un patrón de “ondas” por el manto dependiendo de las variaciones de luz solar, climáticas, hormonales, etc. En estas razas es donde la diferencia de ciclos de crecimiento entre el pelo y el subpelo es más llamativa y cuando se les rapa presentan frecuentes problemas para recuperar el manto. Los perros nórdicos, por poner un ejemplo, son típicamente de patrón telógeno.




RAPADOS, ALOPECIA Y ALTERACIONES DEL CICLO DE CRECIMIENTO DEL PELO
Los veterinarios se dieron cuenta de que, cuando se rapaba a algunos animales para una cirugía, el pelo no volvía a crecer. Se acuñó el término “alopecia post-rapado” que puede usarse también en el entorno de la peluquería. Las referencias médicas sostienen que el pelo vuelve a crecer en uno o dos años, sin embargo los peluqueros veteranos pueden apreciar a menudo casos en los que el manto no se recupera o lo hace a parches, en que el manto presenta importantes alteraciones de textura, color, o se vuelve lanoso, inconsistente y/o ralo.

Si bien hay casos en que la alopecia puede deberse a diversos factores, como alteraciones tiroideas, y un rapado tan solo “destapa” el problema, lo cierto es que los rapados pueden también interferir el ciclo de crecimiento del pelo. Aun se sabe poco de cómo sucede esto, aunque se cree que los folículos capilares se estrechan a continuación de una vasoconstricción consecuencia del enfriamiento que sufre la superficie de la piel al quitarle el pelo lo que lleva a una terminación prematura de la fase de crecimiento.










RECOMENDACIONES
La mayoría de los perros sueltan pelo, raparlos para evitarlo no es una solución justa para tu perro. Una buena mopa y un sano sentido del humor ayudan mucho en estos casos, procura hacerte con ambos.

Un buen trabajo de peluquería mantendrá el manto de tu perro limpio, suelto y en perfectas condiciones de realizar sus funciones. Infórmate bien.
Si hay que rapar (por razones imperativas) se rapa, pero lo más largo posible.

Los perros no sudan, no transpiran por la piel, así que no es necesario raparlos hasta el pellejo para que estén “más fresquitos”. Hay muchas alternativas. Por otro lado un estudio arrojó el dato de que los perros tienen 35 veces más posibilidades de cáncer de piel que los humanos. Las pecas que salen en el lomo de los perros rapados “lo más corto posible, que le dure” son un peligroso aviso de que puedes estar exponiendo a la radiación solar una piel diseñada para habitar bajo un denso pelaje.


Un dueño negligente no es sólo el que tiene el perro abandonado en una nave. Cada perro necesita un tipo de cuidados y de mantenimiento, negligencia es no proporcionárselos. Si tienes un perro con un manto de “alto mantenimiento” más vale que te pongas manos a la obra con la carda o lo confíes a un profesional de forma regular.