jueves, 21 de julio de 2016

Peluquero y propietario ¿El equipo perfecto?

Manipulado suave, de menos a más y sin forzar
A pesar de todos los protocolos y pautas que hacemos en nuestra peluquería de bajo estrés para que el perro se estrese lo menos posible, y así tolere la sesión de la mejor manera, hay casos concretos en los que no podemos hacer más que llamar al propietario y decirle que ha sido imposible hacer a su perro…
Cuando esto ocurre, la sensación de fracaso es imposible de evitar.
Sabéis que para nosotras ningún perro se porta bien o mal. No hay perros buenos ni malos. Para nosotras el perro se comporta como puede, ni más ni menos.
Obviamente cuando un perro lleva bien la sesión, nos encanta. Para ello es IMPRESCINDIBLE la colaboración del propietario, y es por lo que hoy escribo éstas palabras, con la intención de que llegue a los propietarios de perretes 
Tu papel como propietario juega un papel fundamental a la hora de que tu perro gestione bien o mal las sesiones de peluquería. ¿Cómo?
Cuando adquieres un perro, aparte de preocuparte en que aprenda a hacer sus cosas en la calle, se lleve bien con perros o aprenda a quedarse sólo en casa, deberías saber que es muy importante habituarle a la manipulación.
Por supuesto siempre de menos a más y por las buenas, con premios y felicitaciones. Nada de castigos ni correcciones. Se acabó la frase de “tiene que dejarse...". No, tu perro no “tiene que”.
Al perro deberías demostrarle que las manos son buenas, que no hacen daño, que ofrecen caricias y masajes. Al igual, que el cepillo o el secador. Si éste trabajo se planifica correctamente y se realiza desde los primeros días y como algo habitual en el día a día, se consigue que el perro esté habituado a la manipulación, conozca el material de trabajo y que la sesión de peluquería sea muuuuucho más agradable para tu compañero, sin duda.
La situación de no tocarle en casa habitualmente, no cepillarle diariamente y llevarlo a la peluquería esperando un milagro porque “para eso lo pago” es como poco egoísta para tu perro (ya que el que va a sufrir el no estar habituado a la manipulación) y frustrante para cualquier peluquero, ya que el equipo peluquero y propietario brilla por su ausencia y el que “paga” la no cooperación, es el perro.
Está claro que cuando viene un perro a la peluquería es para dejarle aseado y con un corte bonito y profesional que no se puede hacer en casa, pero esto a veces es imposible si en casa no existe un mantenimiento mínimo del manto y una habituación al manipulado.
Sería algo similar a no lavarte el pelo durante un par de meses, no peinarlo, que esté enredado y llegar a tu peluquero y esperar a que te haga un peinado de revista, ah! Y esperar a que no te duela el desenredado…creo que a nadie se le ocurre hacer esto (espero)
Por eso, si eres propietario implicado con tu perro y peluquero ¡enhorabuena! con tu trabajo consigues que tu perro lleve mucho mejor la sesión de peluquería y en general cualquier situación con manipulación 
Si por el contrario aún no eres un propietario implicado, nunca es tarde para comenzar el trabajo. Habla con tu peluquero para una planificación de todo lo que puedes trabajar en casa y cómo lo deberías hacer entre sesión y sesión.
En caso de que tu perro esté muy sensibilizado al manipulado y no sepas cómo ayudarle, pide ayuda a un educador canino (en positivo) te marcará pautas y te ayudará en el proceso de habituación ;)
¡Consigamos hacer el equipo perfecto! ¿Te animas?